martes, 24 de julio de 2012

Como decia  Karmelo Iribarren

Acabo de tirarlo,
35 minutos bajo la tormenta
-esperando un maldito taxi-
han podido con él.

¡Pero cómo se ha portado!

Ésa es la diferencia:
los taxis son como ciertos amigos,
nunca están cuando más los necesitas.

Los paraguas, en cambio, mueren por ti.

Al parecer yo tengo un paragüas de esos que aguantan tormentas y tempestades...